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Falacias

Writer: Luis R.V.Luis R.V.

Updated: Oct 22, 2019



Día a día, nos vemos envueltos en en varias discusiones; en ellas, a veces logramos que nuestro interlocutor se dé cuenta que su postura no es tan correcta; en otras, nos demuestran que no siempre tenemos la razón. Sin embargo, algo que desgraciadamente suele caracterizar las discusiones informales es el uso de falacias --las cuales se podrían definir como maneras erróneas de llegar hacia una conclusión.


En otras palabras, una falacia (del latín: fallacia, ‘engaño’) es una manera de argumentar que parece válida; pero no lo es. Éstas se pueden usar intencionalmente para persuadir o manipular (como en anuncios publicitarios y cierta propaganda política), mientras que otras se cometen accidentalmente debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las falacias pueden ser muy sútiles, por lo que conviene conocerlas para no caer en ellas. No obstante, que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean necesariamente falsas.


Por lo anteriormente dicho, he aquí una compilación de falacias con sus ejemplos:


Argumento ad ignorantiam: falacia que se basa en decir que algo es cierto (o falso), al no haber pruebas de lo contrario. Lo falaz es que la prueba no es el conocimiento de algo, sino la falta de este. Un ejemplo sería el siguiente:

—No hay prueba de que Dios exista; por lo tanto, Dios no existe.


Argumento ad hominem: falacia en la que se ataca la validez de la tesis porque es dicha por alguien de dudoso carácter moral. Ya sea porque se ve favorecido, es hipócrita o no tiene autoridad. Ejemplo:

—México debería ser un país socialista, la distribución de la riqueza es muy desigual.

—Tú lo dices porque eres pobre.

Otro ejemplo:

—Debería dejar de fumar, le está haciendo un gran daño a sus pulmones.

—Pero Doctor, si usted tiene una cajetilla en su escritorio, está igual o peor.


Argumento ad verecundiam: se basa en decir que algo es verdadero porque una autoridad lo afirma, siempre y cuando la autoridad no es uno mismo. Ejemplo:

—La Tierra es plana.

—No es cierto, según Eratóstenes la Tierra es redondo. Hasta se puede calcular su curvatura.


Argumento ad baculum: falacia en la que se defiende que A es verdadero ya que si no se acepta, le ocurrirá Z al interlocutor (el cual [z] es un acto de castigo o represión). Ejemplo:

—No debes de matar a alguien porque si lo haces, irás a la cárcel.


Argumento ad populum: se basa en que algo es cierto porque lo dice la mayoría. Esto no se debe de confundir con la democracia, en la cual un grupo decide su lo que va a hacerse por mayoría. Ejemplo:

—El Trap es el mejor género musical, después de todo es el más escuchado.


Argumento ad consequentiam: algo es verdadero o falso porque sus consecuencias son positivas o negativas, respectivamente. Ejemplo:

—Billie Eilish debería ganar el premio a mejor artista del año, si no lo hiciera muchas chicas fans se desilucionarían.


Argumento ad crumenam: una tesis es verdadera porque la mantiene una persona o conjunto, el cual es rico. Ejemplo:

—Deberíamos de abrir nuestro mercado al extranjero, los mayores empresarios están a favor de esto.


Argumento ad lazarum: algo es verdadero porque una persona pobre lo mantiene. Lo contrario a la falacia anterior. Ejemplo:

—Los monjes son las personas que alcanzan un mayor grado de sabiduría en el mundo, al fin y al cabo que tienen un voto de pobreza que los distrae de lo material.


Argumento ad logicam: se basa en decir que una proposición es falsa porque es falaz. Ejemplo:

—No hay prueba de que Dios exista; por lo tanto, Dios no existe.

—Usas una falacia ad ignorantiam, ergo Dios existe.


Argumento ad nauseam: algo se repite con tanta frecuencia que agota mentalmente al interlocutor que se termina aceptando. Un ejemplo es difícil de mostrar, pero se muestra en la frase de Joseph Goebells: "Una mentira repetida mil veces, se convierte una verdad".


Argumento ad misericordiam: se debe de favorecer a alguien porque se ha visto involucrado en situaciones perjudiciales, aunque no tengan que ver en el problema.

—Debería de dársele una condena más baja al criminal, puesto que tuvo una vida dura en las calles.


Argumento a silentio: A llega a una conclusión porque B dice C (siendo C la respuesta que A espera) y, en cambio, dice D. Ejemplo:

—¿Sabes editar fotos en photoshop?

—Sí. Sé cómo.

—¿Podrías editarme una foto?

—No, estoy algo cansado hoy.

—No quieres editarla porque no sabes cómo.


Falacia por asociación: una tesis es falsa porque se ve relacionada con los pensamientos de un grupo (o persona) indeseable. Un tipo muy peculiar y común de esta falacia es el reducto ad hitlerum, el cual algo es falso porque Hitler compartía esa creencia.

—Deberíamos crear un proyecto de obras públicas para disminuir el desempleo y aumentar la calidad de los servicios públicos.

—¿Y después quemar judíos? Eso sería malo para la economía, Hitler hizo lo mismo.


Falacia del hombre de paja: se ridiculiza el argumento del oponente para poder atacarlo fácilmente. Ejemplo:

—En vez de legalizar la pena de muerte deberíamos de mejorar la educación y fortalecer los valores de la sociedad.

—¡Claro, hay que hacer los criminales se salgan con la suya!


Falacia del punto medio: A dice X, B afirma Y, ergo C concluye Z (en el que Z es la posición conciliadora entre X y Y). Ejemplo:

—María dice que deberíamos subir los impuestos, Pedro que no; por lo tanto, hay que subirlos la mitad del año y la otra dejarla igual.


Falacia del efecto dominó: se afirma que al hacerse A, pasarán una serie de hechos que causarán B (B siendo un escenario indeseable). Para refutarlos se debe de mostrar que por muy probable que sea el escenario, no necesariamente debe de pasar eso. Ejemplo:

—No dejo a mis hijos jugar videojuegos porque si lo hacen, comenzarán a hacerse cada vez más adictos hasta no querer hacer nada más.


Falacia naturalista: A pretende X, X es algo de la naturaleza; por lo tanto, A es verdadero. Se puede emplear de la manera inversa, algo es malo porque no es natural.

Ejemplo:

—No hay que comer alimentos transgénicos, no son naturales.


Falso dilema: se intenta atrapar al interlocutor en una postura A y una B, en la cual A es la postura que se apoya y B una aún más indeseable. Ejemplo:

—¡¿Estás a favor del comunismo o estás a favor del imperialismo yankee?!


Falacia de las muchas preguntas: se pregunta algo basado en algo que todavía no ha sido aclaro por la persona a la que se ataca. Ejemplo:

—¿Todavía sigues pegándole a tu esposa? (Esto que se haya demostrado lo anterior, ahora el interlocutor tendrá que aclarar que eso es falso [se desvía el debate].


Conclusión irrelevante: se finaliza la proposición con algo que no viene al tema, ni justifica lo que se acaba de decir. Ejemplo:

—María debería haber sacado mejor calificación, puesto que es bastante linda y buena persona.


Post hoc ergo propter hoc: A pasa antes que B, por lo tanto A es la causa de B. Ejemplo:

—Antes del partido me tomé un gatorade, el partido lo ganamos; por lo tanto, el gatorade hizo que ganaramos.


Cum hoc ergo propter hoc: A ocurre al mismo tiempo que B, ergo A es la causa de B. Ejemplo:

—Cuando uso esta gorra gano todas las partidas de mi videojuego favorito, usar la gorra hace que gane.






Referencias:


Frabetti, C. (2019). Falacias lógicas. Retrieved 7 October 2019, from https://elpais.com/elpais/2018/03/22/ciencia/1521713747_745683.html

García, R. (2019). Diccionario de Falacias. Retrieved 7 October 2019, from http://www.usoderazon.com/conten/arca/ARCAPDFCOMPLETO.pdf

Aparicio, J. (2019). Falacias mañaneras. Retrieved 14 October 2019, from https://www.excelsior.com.mx/opinion/javier-aparicio/falacias-mananeras/1308199

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